Todos sabemos que comenzar una
nueva actividad empresarial es duro y que el camino a recorrer hasta que pase de
ser una idea prometedora a una realidad tangible es largo en la mayoría de los
casos. Los atributos que caracterizan a una empresa son muchos, pero sin duda el primero que se grabará en la retina de sus futuros clientes será su imagen
corporativa, por tanto hay que tener muy
claro desde el principio que se quiere transmitir con ella.
Si hablamos de imagen corporativa
y creación de marca indudablemente hablamos de Branding, anglicismo empleado en
marketing que hace referencia al proceso de creación de valor de marca. Mucha
gente asocia el Branding a las grandes multinacionales, pero el concepto existe
allí donde haya un mercado competitivo. Entre otras funciones, la marca nos
ayuda a seleccionar un producto o servicio en un mundo complejo de múltiples
opciones de elección, especialmente cuando la diferencia entre productos es
escaso o difícil de evaluar.
Las marcas son algo más que un nombre comercial o un logotipo, son el signo de identidad que nos identifica y nos hace únicos ante el cliente, y nos diferencia frente a la competencia. La marca es sinónimo del negocio y el estilo que está tras el producto o servicio a comercializar, son la filosofía y el espíritu que lo sustenta, siendo extensible a todo aquel que forme parte de la organización.
Las marcas son algo más que un nombre comercial o un logotipo, son el signo de identidad que nos identifica y nos hace únicos ante el cliente, y nos diferencia frente a la competencia. La marca es sinónimo del negocio y el estilo que está tras el producto o servicio a comercializar, son la filosofía y el espíritu que lo sustenta, siendo extensible a todo aquel que forme parte de la organización.