Todos tenemos nuestros gustos y
preferencias a la hora de decorar un espacio, tanto los profesionales aportando
nuestro conocimiento, e inevitablemente dejando la huella de nuestro propio
estilo, hasta los aficionados al interiorismo los cuales son capaces de dotar
de pasión y personalidad a estancias sin alma.
Más allá de tendencias y estilos
el Feng Shui es un arte milenario que se remonta a tiempos inmemorables y que nos
ayuda a mejorar nuestras vidas, aunque ningún dato histórico nos
revela cuando y quién lo concibió por primera vez. Las palabras chinas Feng
Shui, significan viento y agua, y se
basa en el estudio de la energía que nos envuelve y de cómo ésta nos influye mediante elementos, colores y formas. Existen
varias escuelas de Feng Shui, siendo las más conocidas la de la forma y la de la brújula.
Si pensamos en decorar un espacio
bajo esta disciplina podríamos pensar que el resultado será un lugar demasiado extravagante
o exótico, pero nada más lejos de la realidad ya que lo podemos integrar fácilmente dentro de cualquier proyecto
de interiorismo actual. La ubicación de la vivienda es muy importante y también
donde están situadas las habitaciones, pero como esto a veces no es controlable, para poder implementarlo correctamente hay que analizar cada espacio en
concreto.